Noches de verano en el Lago Lama En alguno de mis viajes por Rusia había oído hablar de un lugar salvaje en el ártico interior, donde más de 1.000 cascadas fluían desde montañas basálticas y decenas de enormes lagos creaban un escenario impactante...Ese lugar es la Meseta de Putorana, situada al norte de la llanura central de Siberia, Toda ella por encima del Círculo Polar Ártico, fue convertida en reserva natural en 1988 para preservar sus prístinos paisajes así como algunas de las especies que la habitan, entre ellas el muflón de las nieves, que se encuentra en grave peligro de extinción. Curiosamente esta vasta zona natural se encuentra a tan solo 180 kilómetros de una de las ciudades más contaminadas del planeta, Norilsk, cuya industria pesada del níquel y cobre (entre otros minerales) libera cantidades desorbitadas de dióxidos de azufre provocando una polución extrema que afecta a la salud de sus habitantes, así como la devastación de la vegetación en los alrededores de la urbe. Aun así, más de 200.000 personas viven en la ciudad de Norilsk buscando oportunidades laborales y condiciones que no pueden encontrar en otros lugares de Rusia. En otro artículo hablaré con mayor detalle acerca de esta ciudad y tambien podeis ver mi colaboración en Cuarto Milenio hablando sobre la ciudad de Norilsk: http://www.cuatro.com/cuarto-milenio/Viajamos-Norilsk-Rusia-depresion-prematura_2_2455455058.html Norilsk, sinónimo de polución Norilsk es uno de los 2 puntos de entrada a Putorana pero también es una ciudad cerrada y para llegar a ella los extranjeros necesitan un permiso especial que tiene que ser solicitado con al menos 60 días de antelación. Una vez cubierto el trámite de acceso, el objetivo era alcanzar el puerto fluvial de Valek, desde donde embarcaría en dirección al Lago Lama, remontando el río Norilskaya. El puerto ofrecía una imagen apocalíptica, con barcos destartalados, antigua maquinaria industrial oxidada y pequeños botes abandonados a orillas del río. A partir de aquí, el trayecto en barco solo podía ir a mejor...A bordo de la pequeña embarcación compartiría viaje únicamente con pasajeros de nacionalidad rusa con los que pude mantener una amena conversación a lo largo del itinerario, especialmente interesados en saber que me había llevado a esos lares... Los alrededores del puerto de Valek El primer tramo de la navegación transcurría entre pequeños islotes boscosos donde las primeras aves empezaban a hacer acto de presencia y poco a poco el paisaje ganaba en interés. Tras 2 horas y media de recorrido la silueta de las primeras montañas de Putorana aparecía en el horizonte, justo cuando el sol empezaba a irse. La Meseta de Putorana se formó cuando un antiguo volcán hizo erupción hace aproximadamente 250 millones de años, desplegando grandes flujos de lava que solidificaron creando un gran macizo. La era glaciar y la erosión formaron los cañones que vemos hoy en día y las montañas de roca basáltica dan fe de su pasado volcánico. Imagen satélite del Lago Lama y las montañas de Putorana (foto: Google Maps) Las primeras pirámides basálticas en el Lago Lama El Lago Lama es un lugar de gran belleza, considerado como una de las joyas naturales de Siberia y llega a tener profundidades de más de 600 metros, haciendo que sea uno de los más profundos de toda Rusia. Tras recorrer más de 80 kilómetros alcanzamos el extremo este del Lago, donde desembarcaríamos para establecer base en el campamento llamado Bunisyak. Este alojamiento a los pies de la desembocadura de varios ríos que fluyen hacia el Lago Lama tiene un emplazamiento espectacular, rodeado de la maravillosa naturaleza que caracteriza a la Meseta de Putorana. Aquí han encontrado su hábitat durante siglos las etnias de los Dolgans y Nganasans, pastores de renos nómadas que despliegan su territorio por toda la Península de Taymyr. Desconocidos para gran parte del planeta, estos pueblos fueron adoctrinados durante la época soviética para abandonar su vida nómada y establecer colectivos que trabajaran en granjas como campesinos. Emparentados con las etnias Yakut y Evenki, practican rituales de chamanismo y su fascinante cultura, lenguaje y tradiciones se hayan gravemente amenazadas por la integración en las sociedades modernas. Se estima que solo unos 500 individuos hablan la lengua Nganasan, lo que a la larga acarreará la desaparición de esta tradición lingüística. Los objetos y ropas de la etnia Dolgan en la casa-museo de Bunisyak La guesthouse de Bunisyak no es un alojamiento cualquiera. En su interior alberga una de las mejores colecciones de objetos de los Dolgans y Nganasans que existen en toda Rusia, solo comparable a la del museo de Dudinka. Oleg, el dueño de la casa, explica con gran pasión como ha heredado este increíble patrimonio que le animó a crear una especie de museo etnográfico de gran valor cultural. Increíble escuchar cómo fueron evolucionando sus utensilios de caza y pesca, cómo se establecían las jerarquías familiares o la enorme influencia de los renos en la vida de estos pueblos. Oleg recibió todos estos objetos por parte de los nativos de la zona, que le confiaron esta extraordinaria colección con la intención de preservar esta cultura para las próximas generaciones. Objetos utilizados en el pastoreo de renos a lo largo de los siglos Este remoto lugar, en gran parte inexplorado y en el que iba a pasar los próximos 9 días, se encuentra por encima del paralelo 69, lo que hace que las noches de verano sean infinitas y las temperaturas nocturnas bajen drásticamente incluso en pleno mes de agosto. El primer día, con un día soleado espléndido, lo dedicaría a explorar el margen del río Bunisyak y así tomar contacto con la zona. Ya contaba con que los ejércitos de mosquitos me acompañarían durante mi estancia en Putorana, pero aún así es difícil acostumbrarse a escuchar zumbidos a tu alrededor durante todo el día y a sufrir picaduras por todo el cuerpo (incluso en las zonas más tapadas). Pero nada me impediría disfrutar de la extraordinaria naturaleza que tenía alrededor. Para el siguiente día estaba programado un trek con el objetivo de ascender uno de los picos circundantes, y a pesar de que la distancia no iba a ser larga, la dificultad sí sería importante debido a la altura que ganaríamos en tan solo 2 kms de ascenso.. Con tramos alternos plagados de rocas sueltas de basalto y gravilla, la subida se hace extenuante y los mosquitos no ayudan a facilitar la ruta. Pero la recompensa sin duda merece el esfuerzo...Las vistas de la desembocadura del Bunisyak y la panorámica del cristalino Lago Lama hacen olvidar las horas de sudor... La desembocadura del río Bunisyak El majestuoso Lago Lama y el río Vekhikay Unas 6 horas despues de la salida regresamos al campamento para cargar fuerzas tras un fantástico día de montaña y Renat, el cocinero tártaro del campamento, nos iba a deleitar con un suculento menú a base de carne de reno y una deliciosa sopa de verduras. Mientras disfrutaba de la comida, escuchaba atentamente las curiosas historias de este marinero que recorrió en su día los mares más intempestivos trabajando en la cocina de fragatas y navíos industriales. Delicioso menú incluso en los lugares más inhóspitos El clima aquí es extremadamente impredecible y los días de sol hay que aprovecharlos al máximo, así que a pesar de que nuestro guía tenía pensado subir a la cima de la meseta días más tarde, decidimos que emprenderíamos esa ruta al siguiente día. Y si el anterior recorrido fue extenuante, este lo sería aún más. Para llegar a la cima de estas escarpadas montañas había tramos de semi-escalada y pendientes de más de 45º de desnivel sobre la grava suelta, haciendo que tuviéramos que extremar la precaución con cada paso. Los mosquitos ya ni parecían un incordio... Ganando un desnivel de casi mil metros conseguimos llegar a los últimos riscos donde la nieve aún resistía las temperaturas del verano y desde donde las vistas aliviaban el tremendo cansancio... Y otro regalo más...a lo lejos divisamos la silueta de un gran muflón macho, que parecía posar para nosotros en una cresta montañosa. Es realmente complicado ver a este mamífero, que se encuentra en grave peligro de extinción y Pasha, el guía, mostraba su exaltación al verlo, ya que raramente hace acto de presencia en la zona del Lago Lama. Más adelante Oleg confesaría que hacía más de 2 años que no veían un macho solitario como este y además mostrando signos de una reciente batalla con uno de sus semejantes, ya que tenía uno de sus cuernos parcialmente mutilado. El muflón siberiano, en grave peligro de extinción Gran parte de las cimas están conectadas entre sí, con lo que se podría recorrer la meseta desde las alturas y una vez arriba decidimos caminar por la llanura superior para observar los valles situados al norte. La pureza del aire aquí arriba se puede comprobar simplemente observando la increíble cantidad de líquenes que tapizan las rocas. Estos organismos son muy sensibles tanto a los cambios climáticos como a la polución. Nunca había tenido la oportunidad de observar tan enormes concentraciones de líquenes en mi vida... Líquenes, o lo que es lo mismo, pureza... Valles y cimas por explorar El descenso no iba a ser menos duro y las rodillas empezaban a resentirse en el terreno rocoso. La bajada nos depararía espectaculares escenarios ante nuestra atónita mirada, con las montañas de cima plana a casi similar altura y los profundos valles confluyendo hacia y desde el Lago Lama. Los atardeceres y amaneceres, variables y a cada cual más espectacular, ofrecían nieblas bajas sobre el lago, arco iris espectaculares o cielos enladrillados que me obligaban a tener la cámara y el trípode siempre a mano para inmortalizar el momento. Si por algo destaca y es conocida la Meseta de Putorana es por la infinidad de cascadas que fluyen montaña abajo o desde los innumerables ríos. Oleg nos llevaría en barca a una de las zonas donde observar estos bellos saltos de agua. La navegación revelaba imponentes paisajes reflejados en el lago antes de llegar a una tranquila ensenada. Tras caminar por la orilla durante unos 2 kilómetros, nos encontramos sorprendentemente con un campamento religioso ortodoxo, donde una suerte de boy-scouts convivían durante el verano. Lo realmente curioso es ver como niños de unos 10-12 años portaban armas (sin cargar) mientras escuchaban atentamente como el sacerdote oraba a los pies de las tiendas de campaña. Sacerdote ortodoxo recitando en el campamento de "boy-scouts" Son frecuentes las huellas de oso a lo largo del camino cuando se cruzan bosques en este territorio, aunque nuestra presencia les ahuyenta y no tuvimos ningún "inesperado" encuentro con los reyes de la taiga. Tras una caminata moderada llegamos a una de las cascadas más bonitas de la zona, escalonadas en saltos entre columnas de basalto que recordaban a las que se pueden encontrar en Islandia. Estas espectaculares formaciones fueron creadas por el brusco enfriamiento de las coladas de lava que genera grietas y fracturas dando lugar a estos pilares rocosos de majestuosa belleza. Los siguientes dos días remontaríamos dos de los grandes ríos de la zona, el Khoisi y el Vekhikay, grandes vías fluviales que fluyen a través de cañones de basalto alimentando el Lago Lama. El fangoso camino a través de los bosques de cedros y pinos bien obliga a un gran esfuerzo físico pero que sin duda se ve compensado por un maravilloso entorno natural y apenas explorado. Los ancestrales bosques de Putorana Las huellas de oso seguían apareciendo constantemente a lo largo del recorrido e incluso antiguas trampas en forma de armazón de madera usadas por los cazadores locales para atrapar a estos plantígrados, cuya población es numerosa en los alrededores del Lago Lama. A nuestro paso centenares de arbustos de bayas por todos lados, con unos frutos increíblemente sabrosos, especialmente los arándanos azules, que endulzaban nuestro camino. El poderoso río Khoisi Para llegar a la desembocadura del río Vekhikay necesitaríamos realizar un tramo en barca para posteriormente iniciar una ruta corta que nos llevaría al cañón fluvial.. Una vez en la zona boscosa, Oleg nos explica con detalle cómo se pueden identificar los restos de campamentos utilizados por los nómadas dolgans a lo largo de este territorio. Troncos de cedros cortados con objetos punzantes o hachas se pueden observar a orillas del río, donde los nativos establecen habitualmente sus asentamientos, siempre acompañados de sus manadas de renos, antes de continuar en ruta hacia otros parajes de la región de Taymyr en busca de buenos pastos y lugares adecuados de pesca. Restos de campamentos dolgan en la tundra cercana al río Vekhikay El cañon del río Vekhikay, con poderosos saltos de agua entre el omnipresente basalto, es un lugar maravilloso, donde simplemente nos sentamos a disfrutar del fascinante entorno que nos rodea, y ni la lluvia que comenzaba a caer nos impide gozar del momento. El cañón del río Vekhikay A nuestra vuelta, el guía (de la etnia Nganasan) que nos conduciría de regreso al campamento nos esperaba plácidamente en su barca disfrutando de la excelente pesca del Lago Lama, donde dos especies de salmón y varias más de perca de agua dulce hacen las delicias de los más aficionados, no en vano esta zona es famosa en toda Rusia entre los pescadores. La última tarde-noche en el Lago Lama aún me regalaría extraordinarios momentos para disfrutar de mi pasión por la fotografía. En este entorno con el clima tan cambiante, cada minuto los paisajes se transforman y los interminables días proporcionan múltiples oportunidades para capturar cámara en mano la belleza de este lugar. Arco iris dobles, abejas polinizando las coloridas flores o impecables reflejos en el lago, todo ello sin apenas moverse del mismo sitio... Un lugar para disfrutar de la fotografía La vuelta al mundo civilizado me acercaría de nuevo a la realidad de los habitantes de Norilsk, tan cerca de la naturaleza más virgen y a su vez atrapados en una burbuja de contaminación....Aún así, no lograría borrar el maravilloso sabor de boca con el que me había despedido de este increíble espacio natural.
Putorana es uno de esos lugares de los que te vas con pena, uno de los más remotos y salvajes en los que haya estado nunca, de los que te hacen sentir esa indescriptible sensación que provoca estar a cientos de kilómetros de cualquier sitio, en un lugar ya de por sí aislado y desconocido para la gran mayoría. Es reconfortante saber que aún quedan en nuestro planeta lugares en estado puro, mundos primitivos...
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